La firma, una vez más, de un convenio basura por parte de los dos "sindicatos" habituales en estos quehaceres, y la permisividad de CCOO, que estando en esa mesa ni se opone ni aporta nada para evitar esta farsa han vuelto a condenar a todo el sector a la miseria laboral y económica. Pero esta vez, en plena periodo de crisis, que aunque muchos hayan querido negarla, existe y está afectando muy profundamente a todo el sector servicios, en el que se engloba la seguridad privada, la cosa es mucho más grave. Estamos asistiendo una vez más al aprovechamiento de las circunstancias para que empresarios sin escrúpulos abusen de sus trabajadores con especial virulencia, para que se tiren precios de adjudicación a costa de los derechos de los vigilantes, a que algunos desalmados pretendan seguir lucrándose recortando las miserables condiciones laborales de sus empleados... y en este convenio basura lo único que se ha hecho es aumentar el margen de beneficios de las empresas, con una subida miserable muy por debajo del IPC de estos años, y abrir puertas a los empresarios déspotas para abusar de sus trabajadores.
¿Hasta cuando van a soportar los trabajadores a esos "sindicalistas" a su lado? ¿Hasta cuando seguirán tragándose el cuento de que la culpa la tienen los de Madrid? No señores, los culpables tienen cara y ojos, los culpables tienen nombres y apellidos, los culpables son todos los que alimentan las listas electorales de esos "sindicatos", los que les votan, por miedo, por interés o por cualquier otro motivo que no alcanzamos a entender. Basta ya de hipocresía y demagogia, si en la mesa de "negociación" del convenio está esa gente es gracias a todos estos que con sus votos y su representación en las empresas les dan esa mayoría para estar allí. Y no nos engañemos, mientras mantengan esa mayoría, seguirán firmando la misma basura, una y otra vez... como llevan haciendo todos estos años atrás.
Por la dignidad del sector y por la supervivencia de las familias de los vigilantes, todos los trabajadores del sector deben plantar cara y señalar a los culpables de la miseria que condena al sector a estar en el escalón más bajo del mercado laboral español.