No hemos querido comentar nada hasta ahora para que nadie pudiese interpretar esto en clave política ante las elecciones que se tenían que llevar a cabo el domingo pasado. Pero los vigilantes hemos vuelto a sufrir un desprecio, agravio, ataque o como cada uno quiera calificar por parte de la justicia española. El ser tratados como ciudadanos de segunda o tercera categoría por parte de políticos y jueces ya viene siendo algo habitual en nuestro sector. Muchos compañeros lo han sufrido ante agresiones de delincuentes y todos con el cuento de nunca a cabar de la demanda de las horas extras. Desde 2005 estamos esperando a que la justicia obligue a las empresas a pagar lo que deben a los trabajadores, y desde entonces hemos padecido la laxitud de los diferentes tribunales que han ido pasandose la pelota o patata caliente entre ellos, dando la sensacióin de que ninguno quería ser el que dejase claro a las empresas que debían pagar todo ese dinero a los trabajadores, y ahí seguimos... esperando. Sin embargo les ha faltado tiempo para decir, en menos de un año, que no tenemos derecho a un día personal de permiso retribuido, como ocurre en otros sectores, donde incluso son más de uno esos días... ¿qué tomadura de pelo es esta? ¿esta es la justicia para todos que cacarean los políticos a los cuatro vientos? Las prisas en sentenciar a favor de las patronales y las dudas, reservas y dilaciones en obligarles a cumplir con sus trabajadores no hacen más que despreciar la confianza de los vigilantes hacía esa justicia que se supone imparcial.
Esto no hace más que darnos la razón en la lucha por un marco jurídico y laboral autonómico, huyendo de esa mesa de "negociación" del convenio de Madrid que año tras año nos firma pérdidas de derechos laborales y poder adquisitivo y de unos jueces que nos ignoran y humillan, de unos políticos que no legislan en base a la realidad del sector. Lejos del lastre que supone para los vigilantes la falta de seriedad en quienes deben garantizar derechos y hacer cumplir obligaciones a TODOS.